La literatura Uruguaya del siglo XXI
Las irrupciones artísticas, las ferias de libros independientes, los y las poetas sacando su arte a la calle, bajo la mirada del pirata Hakim Bey. Por Jessica Mazzotti.
El paso al bosque es viable en cada punto de la tierra.
Der Waldgang (1951),
Ernst Jünger
“y todo esto no quedó en la nada y toda la gente que participó en las jam en esa la época lo sigue
desperdigando por el mundo, porque esto te queda adentro entendés?”
“Lo que nosotros hicimos fue como entrar en un bosque. Viste que hay silbidos específicos para
pájaros, hay un silbido que vos lo silbás y vienen tordos, otro que vos lo silbás y vienen colibríes...
esto fue como entrar en un bosque, silbar, y empezaron a aparecer los personajes más locos que vos
te puedas imaginar, gente que de repente estaba por ahí perdida, que tenía mucha capacidad de dar
y en el micrófono encontró un medio de expresión”
“Insisto en que básicamente éramos como niños jugando.
Y los niños jugando son muy dedicados al juego”
1. Esa historia
A mediados del 2012, un grupo de provocadores, acostumbrades a hacer eventos culturales al
margen del circuito oficial, generan en forma espontanea y con organización horizontal, una feria de
libros independiente en pleno centro de Montevideo, y siguiendo la ola de ferias que existió por
esos años en América Latina, nacida en Argentina, hablamos de las FLIAs.
Ocupando el callejón de la Universidad de Derecho, justo al lado de la Biblioteca Nacional, ese
evento que congregó un par de miles de personas no fue otra cosa que el evento culmine de todo
una serie de irrupciones callejeras de los años anteriores y el comienzo de una serie de eventos en la
misma frecuencia que aun hoy reverberan y perduran en el Uruguay.
Una forma de compartir, expresar, y sobretodo irrumpir en la cultura uruguaya sin más medios que
la organización espontanea y los brazos de cada uno, a disposición de la creación.
Las ocupaciones artísticas de plazas, calles y veredas se volvió una constante desde finales de los
00‟, por este grupo heterogéneo y móvil, muchas veces llamado Grupo Innominado que devino en
generador de todo tipo de cruces artísticos, editoriales y humanos.
2.Esos Comienzos
Parece que en la Villa del Cerro de Montevideo siempre hubo talleres literarios. Uno de estos,
gestionado por Gabriel Till, se hacía en la Biblioteca Anarquista del Cerro y se llamaba el Taller de
los Escarabajos Nocturnos. Algunos de los participantes ya integraban Descarrilarte y Cía. colectivo
que por el oeste montevideano animaba encuentros de artes varias desde 2004 (toques barriales,
radios comunitarias, talleres libres, etc.)
En julio de 2010 Gabriel vivía sin luz en el Cerro, donde, sin poder continuar el taller literario en la
Biblioteca, organizaba peñas en su casa: se empezaba a la tarde, se leía a la luz de las velas y
después se iba a la playa para seguir leyendo. Por esa época, Hakim Bey empieza a sonar fuerte en
el grupo, y aparecerse en libros sobre las mesas o en bolsillos.
El taller, ya nómade se muda en un momento a la casa de Emilio Vairo, por la calle La Paz. Esa casa
fue cuna de todo tipo de experimentos sonoros, poéticos y químicos, habían muchos instrumentos, y
una vez por mes se hacía una especie de festival, así todo empezó a mezclarse: poesía, talleres de
encuadernación, danza, mucha música, y sobre todo, gente.
Emilio había comprado una imprenta manual y empezó a publicar libros de poetas de la vuelta.
Algunos del mismo colectivo, entre ellos Jorge Alfonso, Isabel Gallo y Claudio Vela, empezaron a
frecuentar también la casa de Fernández Crespo y La Paz.
3 · El Callejón y la feria de trueque
Pocos bares estaban abiertos a dejar entrar los músicos y artistas experimentales, habían también
lugares, como La Comuna, que a bandas que recién comenzaban se les exigía que se vendieran 50
entradas a 100 pesos cada una para poder tocar. Los eventos culturales del estado, cada vez más
numerosos gracias al dinero estatal, apestaban, y sobre todo gran parte de los artistas los veían como
vacíos, propaganda pura.
Las irrupciones callejeras en el correr del 2010 se volvieron frecuentes por parte de algunos grupos
y se harían cada vez más grandes al unirse estos en mayor o menor medida partir del 2011.
...“estos momentos de una colisión frontal con el Estado terminal, el Estado de la megacorporación,
de la información,
el imperio del Espectáculo y la Simulación”,
son palabras del pirata Hakim Bey.
Uno de ellos fueron las ferias de trueque que Julio Rivero y Cecilia Martínez organizaban,
celebradas una vez por mes (era una celebración) la ferias consistían en ocupar el callejón de la
Universidad con puestos de los más diversos objetos ofrecidos en trueque.
La idea era simple: generar un espacio y un momento donde el intercambio de objetos, servicios y
saberes se hiciera de manera solidaria y sin utilizar el dinero. Una práctica que se popularizó
naturalmente en la región durante las diferentes crisis económicas. Y que se retomó desde principios
del 2011 por motivos más bien ideológicos y prácticos del momento.
Junto a los puestos de trueque y gratiferia, siempre hubo un escenario. Enganchado de la luz del
callejón, varios instrumentos, algún mobiliario encontrado en la volqueta y un micrófono que
pasaba de mano en mano, donde todo tipo de poemas, rapeadas, y canciones improvisadas
surgieron. Esto generó un nuevo espacio donde muchísimas personas pudieron expresarse, muchos
de ellos por primera vez.
Lo que Hakim Bey llamó en su libro Zona Temporalmente Autonoma, o TAZ, por su sigla en inglés.
Siendo que la zona autónoma básicamente es un tiempo y espacio de autoorganización social.
A las ferias de trueque, se sumaron los Escarabajos Nocturnos con su JAM que ya ocupaban el
callejón habitualmente, y el grupo que frecuentaba la casa de Emilio, además de colectivos como
Bibliobarrio y la radio Vilardevoz.
El término jam, significa mermelada, viene de jazz, de los jazzeros, free jazz es una música abierta
que se presta a la impro, lo que se hizo en Montevideo en esa época fue ampliar lo que es la jam
musical a todas las disciplinas imaginables.
Cuando vos entrás en la jam te tenés que olvidar del
espacio afuera y empezar a expresarte: si vos querés bailar bailás, si vos querés tocar tocás, si vos
querés gritar gritás, si vos querés darte vuelta por el piso lo hacés, entonces en un mismo espacio
hay una banda tocando de fondo, alguien recitando espontáneamente, gente bailando, haciendo
malabares, todo entra en el espacio de la jam. Una brecha en la realidad cultural del Uruguay se
abría, nuevas cosas nacían, y años después sabemos que nada volvió a ser como era, el JAM
montevideano era una fiesta y a la vez campo fértil para todo tipo de semillas.
La feria de trueque, por destino o locura, fue siempre fuertemente apoyada por poetas, y los libros
de varios de ellos empezaron a llenar los puestos, esto generó entre otras cosas, el ambiente perfecto
para compartir textos y poemas, no solo en el micrófono, sino también en libros, discos, revistas y
fanzines, que se hicieron cada vez más frecuentes en esa época. No era raro ver libros
intercambiándose por un corte de pelo, o un disco independiente por ropa y plantines de marihuana.
Claudia Morassi y Leonardo de Mello, encuadernaban muy activamente, publicando autores
locales, los libros hechos por Emilio andaban aun en la vuelta, el Periódico Anarquía, y los primeros
libros de Editorial Sin Licencia, fundada por Rivero y de Mello en 2010.
4 · Irrupciones callejeras y acción directa
Las Zonas Temporalmante Autónomas (TAZ) son campos de tiendas oscuras bajo las estrellas del
desierto, interzonas, fortificados oasis escondidos en las rutas de las caravanas secretas, pedazos
«liberados» de jungla y tierras baldías, áreas prohibidas, mercados negros y bazares underground.
La TAZ es una forma de sublevación que no atenta directamente contra el Estado, una
operación guerrillera que libera un área -de tierra, de tiempo, de imaginación- y entonces se
autodisuelve para reconstruirse en cualquier otro lugar o tiempo, antes de que el Estado pueda
aplastarla.
Es un proceso que se autoinicia.
El primer paso tiene algo de satori: la realización de la TAZ
comienza con el simple acto de su realización.
Además del callejón de la Universidad, las irrupciones callejeras se volvieron habituales también en
lugares como la Plaza Durazno y Minas (rebautizada como “Bacco” por el colectivo) donde se
celebró durante varios años el día de la poesía y del libro, la Plaza Seregni, el Parque Rodó, el skate
park del barrio Peñarol, el Boskecillo, veredas, plazoletas de Brazo Oriental, etc.
El grupo se reunía a una hora determinada y se ocupaba el espacio colgándose de la corriente
eléctrica, poniendo instrumentos y micrófonos a disposición de todes. Utilizando alfombras para
crear la zona, sillones y mesas para transformar el lugar y hacerlo más cálido, muchas veces telas se
ponían como telón generando el escenario perfecto, y los sahumerios ocupaban el aire para
interpelar los varios sentidos. El fogón y la comida a menudo generaban otro centro de atención al
costado del escenario. Las ollas populares, nutridas de donaciones de ferias y tiendas de la zona
eran llevadas a cabo por artistas, vecinos y gente de la vuelta. Eran otra excusa para la invitación y
la reunión. Solían sentarse a la mesa, lo mismo que a improvisar música las personas de las más
variadas procedencias, todos estaban invitados y todo esto era en la calle.
El aire de poesía, improvisación y experimentación artística de las jams se daba dentro y fuera del
escenario, como yo lo veo, el escenario era toda esa mezcla y ese jolgorio.
Mariana Figueroa, Walter Biurrum, Mariela Amadio, Teo Zoiat, Nelzon el Zorro Cardozo, Gustavo
Bautista Kamikaze, Federico Bello, Nathalie Amaro, Laura Martinez, Mayra Drescher, Sebastián
Aguirre Zabala, Ivanna Kutchka, Cecilia e Inés Lage, Vicente Passarinho, Nilson De Souza,
Antonio Mosquito de Los Santos, Bernardo Laespiga, Elo Nusa, Paulo Puchalbert, Marcelo
Marquez Ropus e Ignacio Duré, son algunos de los nombres de los habitués de esas jams, además
de los ya mencionados.
“No se trataba de artistas convocados, era gente que simplemente pasaba y se juntaba: entonces
empezaron a pasar cosas mágicas. La gente sabía que más o menos a la misma hora de la tarde
íbamos a estar por ahí y se presentaba. “ me cuenta Gabriel.
Si bien el grupo no se organizó ni siguió específicamente las directrices de Hakim Bey, varios de los
puntos planteados por el pirata fueron llevados a la práctica instintivamente o en base a otras
fuentes teóricas por la mayoría, de hecho, Zoiat, o Rivero, afirman nunca haber escuchado de Bey
hasta el momento.
La práctica era invadir un espacio público para intervenirlo y compartir lo que había: escenario,
instrumentos, micrófono, bebidas, drogas, todo. Hablamos de hasta 300 personas en una jam
session.
Era un movimiento que empezaba a las 8 de la noche y terminaba a la 2, 3 de la mañana totalmente
espontaneo, tenían el boca a boca, hacían afiches a mano y los pegaban 2 o 3 días antes cerca del
lugar donde se iba a hacer la jam. La movida se expandía a diversos puntos de Montevideo.
Era siempre muy importante el tema de la electricidad: en la plaza de Durazno y Minas, Seba
Guilmet le enseña a Rivero como bajar electricidad de los faroles, con dos cables pelados y un
destornillador, “si alguien llega a quedar pegado, tenés que darle una patada con la suela para
despegarlo, no se te ocurra agarrarlo”.
Guilmet y Rivero eran por lo general los encargados de bajar
la electricidad.
Un espacio que a primera vista no tiene ninguna funcionalidad para nadie, que no sea para ir a
fumar un cigarro, o un porro, o ir a charlar, poder transformarlo en otra cosa, aunque fuera por un
rato. Sabiendo que lo que se hacía no era legal del todo había quien elaboraba permisos falsos de la
Intendencia, pero una regla era clara para el colectivo, No Se Piden Permisos a Ninguna Autoridad
del Estado. Poco después de los primeros JAMs empezó a correr la bola dentro de alguna
institución de que había un grupo de gente que estaba tomando el espacio público, entonces lo
primero que hicieron fue de poner un guardia en el Callejón de la Universidad. Varios de estos
guardias, participaron asiduamente en las JAMs.
“ La Plaza Liber Seregni fue siempre la más difícil porque era nueva y estaba más controlada; un
sábado en que nos estábamos instalando para empezar una feria de trueque, los guardias se pusieron
pesados, y ante nuestra negativa a irnos, cayó la policía y tuvieron que sacar el arma para que nos
fuéramos. Conocíamos unos transas que vivían en frente, nos pasaron una toma eléctrica hasta
afuera e hicimos nuestra feria y JAM en la vereda hasta altas horas de la noche, eso fue en el 2011
creo.” Sigue Gabriel.
“Ya acá estamos hablando de que la idea se nos metió a varios de nosotros adentro y la llevamos a
diferentes planos, muchos de nosotros vendíamos nuestros libros y discos en la calle, o tocábamos
música en los bondis, llevando libros a lectores que no entraban en librerías, con Teo (Zoiat)
hacíamos las dos al mismo tiempo. También murales y grafitis, muy marginales por cierto. Y varios
de nosotros llevamos esto al interior del Uruguay, sobretodo Emilio, en Salto y yo en Florida. Es
una forma de hacer, sin pedir permiso, siempre con respeto al lugar, y entendiendo el ecosistema
urbano circundante, los vecinos por lo general se sumaban al grupo, muchas veces ayudándonos con
energía eléctrica, agua para la olla popular, etc. Siempre encontré muy positivo que nuestra creación
poética y musical tuviera salida directa y se expandiera sin intermediarios, creo que el resultado es
muy diferente al de los grupos de poesía que escriben de acuerdo a lo que las editoriales
comerciales publican, no dependíamos de nadie más que de nosotros mismos para ser leídos y
escuchados por el público en general. Y así sigue siendo. La FLIA y todas las ferias que hicimos en
esa época, sentaron un precedente, sé que ahora hay muchas editoriales y ferias en esa línea en
Uruguay.” dice Rivero
El colectivo que organizaba las jams nunca tuvo un nombre que lo identificara y nadie daba
órdenes. Cada persona tomaba por sí misma la función con la que sumaría a la causa, sin listas, sin
confirmación previa, y cuando lo considerara necesario. Eran personas diversas que lograban
encajar por un propósito.
Quizás fue Jorge Alfonso, que en una entrevista lo nombró como Colectivo aun Innominado, y así
quedó, sobre todo por la terquedad de Rivero y Till de no encasillar algo que no tenia limites, no
entrada, no salida, ni etiquetas, sin nombre.
“Porque el verdadero arte es como el acto sexual: si se analiza demasiado ya no se hace. Y los
loquitos siempre preferirán hacer. Hacer por sobre todas las cosas, por sobre todas nuestras
miserias”. Escribe Alfonso en su cuento Organización Espontanea, parte de su libro Ganar y Perder.
“Varias veces, personas que recién conocíamos, se entusiasmaban en bautizar grupo esto o lo otro a
algo que no tenía realmente estructura determinada, ni en nuestra opinión, integrantes
irremplazables, lo encontraba aburrido, en un lugar donde todo tiene nombre, logo, todo tiene
pagina web, todo acto cultural pide dinero o permisos al ministerio, no tener nombre ni revelar la
forma se volvió la única manera de funcionar, no podría haber existido de haber querido regularizar
nuestra energía, cuya fuerza residía y reside en la libre expresión” me cuenta Rivero.
“A veces las cosas se te empiezan a ir un poco de las manos, porque cuando la gente en las jams se
empezaba a expresar libremente puede haber alguien muy histriónico, al límite del paroxismo, casi
la hysteria. Lo mejor que pensamos con Julio era que no había que hacer una estructura jerárquica
de organización, que fuera como una asamblea ordinaria donde la gente simplemente venía y se
expresara. Para hacer cosas así se tienen que cuidar tres cosas: el contexto sociocultural,
fundamental en 2010 – 2012, cuando había mucha gente que estaba creando mucho y no tenía
donde mostrarlo. Era gente con mucha consciencia y muy libertaria que ahora están por
Sudamérica o en otro lugar mochileando, tienen sus propios fanzines, participan en ferias, en
happenings, jams, etc. La segunda es la parte humana; cuando vos hacés las cosas, ya se sabe que
las personas son muy cambiantes y volátiles, muy border también, había que tener una visión muy
fina para aguantar. La tercer cosa son las relaciones y este aspecto es lo que a menudo termina
degradando esta clase de proyectos: hablamos de los celos personales, la megalomanía, las
interrelaciones, por ejemplo en nuestro grupo estaba también el tema del amor libre, de la no
pertenencia. En general andaba una frase muy cortante en el aire: las relaciones interpersonales no
son importantes acá, entendés? Vos y yo no nos podemos pelear. Lo más importante es la idea.
”apoya Gabriel.
“¿Qué buscaba yo cagándome de frío en un callejón junto a esta gente? Buscaba esa felicidad de
hacer las cosas porque sí, por placer, por el simple hecho de generar esa energía cálida y
magnífica que se irradiaba cuando nuestras cabecitas locas se reunían.
[…] Todo ese jolgorio, todo
ese caldo de locos bizarro, temperamental, semi-espontáneo, vertiginoso, cálido y a veces también
patético.
[…] En ese momento toda mi soledad, la soledad esa que arrastro desde que tengo conciencia de
existir, simplemente desapareció. Ya no era un hombre. Ya no era. Éramos uno. [...] Me encontraba
siendo mucho más que un simple “yo”. Me había vuelto parte de algo que me trascendía
largamente”. Continua Alfonso.
4 Mantra, la plegaria al Under de Alfonso y la producción literaria del colectivo
Alfonso recita Mantra por primera vez encima de una mesa frente a la Ronda en invierno de 2012.
Muchos del colectivo están allí, dentro y fuera de este poema que resume el aire...
"Madre Under
grabamos demos
cargamos guitarras y bajos y amplificadores y tablas y ollas
escupimos trípticos y fanzines
fabricamos libritos
diseñamos, imprimimos, fotocopiamos, engrampamos, pegamos cartones y cartulinas
queremos que pasen de mano en mano,
libres libritos leídos por lectores que no van a librerías
que pasaron un rato y vieron a los locos, a los que dan miedito y sin embargo se acercaron [...]
Alfonso cazó en el aire lo que pasaba y lo tradujo a poema, pero no fue el único, que en manera
consciente o inconsciente plasmaron las irrupciones callejeras y el fuerte Hazlo Tu Mismo, que
marcaba las ediciones y puestas en escena de todo este grupo de artistas.
La producción literaria del grupo en esa época, (y siempre) fue vasta. Porrovideo, de Jorge Alfonso
editado por HUM, salió en 2010, Aprovechando la Bondad de los Fantasmas, de Biurrum salió el
año siguiente con Yaugurú, Disección Acá de Rivero salió por Baler Ediciones, y Poemas de Amor
que no Caben en un SMS de De Mello. Poco después el Poemas para llevar en el Bolsilo Izquierdo
del Saco de Nilson de Souza editado por Sin Licencia y Debut, de Mariana Figueroa editado por el
Taller de Encuadernación Artesanal de De Mello además del Ensayismo Sucio de Elo Nusa en una
autoedición artesanal.
Antes de esta temporada Claudia Morassi ya había autopublicado Epidermis en 2006 y el Cacareos
Poéticos de Alfonso, y Emilio editaba su Paradigma Mr. Hyde por esos años.
En la previa, entre el 2005 y el 2008 hay una revista que vale la pena destacar, ICARO, que era una
revista autogestionada, de perfil under, que utilizaba el procedimiento del collage, superponiendo
partes de revistas y trozos de periódicos con dibujos y diseños hechos durante la diagramación,
interviniendo obras de arte para formar una nueva. Dadaísmo, poesía fresca, material callejero llevada a cabo por Till, De Souza y Sofía Berena. En 2012 sale el Kadaveres Exquisitos 1, editado en versión cartonera por Sin Licencia Editorial. El
libro es un testimonio en primera persona de este colectivo, ya que cuenta con cadáveres exquisitos,
ósea poemas colectivos, hechos por participantes de las JAMs durante las mismas.
Escritos en cuadernillos, papeles sueltos y rollos de caja registradoras entre junio de 2011 y agosto
de 2012 el libro vio la luz en septiembre del mismo año, acompañado por dibujos y scans de los
textos originales hechos a mano. En 2014, con Rivero y la editorial radicados en Buenos Aires, el
libro alcanza los 1000 ejemplares y para 2015 superaría los 2000. Entonces, de las ediciones
artesanales que hablamos no debemos pensar únicamente en cuadernillos repartidos entre amigos,
sino también en miles y miles de ejemplares distribuidos por cada título, a personas por dentro y por
fuera de círculos literarios.
“Durante años el desafío fue hacer la mayor cantidad de libros y que rodaran” Dice Rivero con una
edición de La Nouvelle Poésie Latino-Américaine en mano, una antología en castellano y francés,
donde aparecen Alfonso, De Souza, Lage, Mociulsky y él mismo, junto a varies poetas del
continente, editado en París 2017, y con un tiraje de más de 3500 ejemplares hechos a mano.
Otro a quien también podemos seguirle el rastro hasta estos días y encontrarlo con las manos llenas
de libros es Emilio Vairo, quien con su Parakultural SubTerraNeo ediciones llevó adelante la
colección BINAH, antología de poetas nocturnos, 16 libros donde encontramos a Vela, Gallo,
Biurrum, de Mello, Figueroa, Laespiga y Alfonso entre otres. Presentados en Salto y Montevideo.
Ya en 2013, se editan Lixiviado de Till, Verlo todo con ojos animales, de Cecilia Lage, Mantra de
Alfonso, Corte Cuento, de Zoiat y Éxtasis Trash de Rivero. Todos editados por Sin Licencia.
5 – Marcelo Marquez Ropus
Como Marquez Ropus entró en todo este movimiento merece un punto aparte.
En 2013, con las actividades callejeras generándose una, dos, tres veces por semana, Márquez
Ropus cae en paracaídas sobre la escena underground Montevideana, luego de dejarla casi 20 años
antes.
Marcelo formó en los 90s, la mítica banda de poesía y música, Los Gallos Humanos, junto con
Fabián Hueso Hernández, ex bajista de los Estómagos.
Los Gallos sacaron el disco Animaladas Nocturnas, se presentaron unas cuantas veces en vivo y en
el 94‟, Marcelo desaparece de la escena uruguaya al emigrar a España. En ese tiempo el disco
circuló fuertemente en diferentes círculos poéticos de Montevideo y para cuando el Colectivo
Innominado se preparaba para la tercera Feria del Libro Independiente y (A) de Montevideo,
Marcelo Márquez Ropus se apareció en la casa que Rivero y dj Querejeta tenían por la calle Rivera
en el Buceo, en una de las tantas tertulias que se hicieron allí en esa época.
La química fue inmediata, y el Gallo poeta pasó rápidamente a recitar poemas y cantar canciones en
cada evento que se organizaba. Haciendo dupla con Paulo Puchalbert, de Palermo Records, otro
habitué de la casa de la calle Rivera y las irrupciones desde el 2013, Márquez Ropus sacó nuevo
repertorio y comenzó a trabajar en un disco nuevo.
Bandas como los Oxford y Alicia en el Barro, también se sumaron con fuerza para ese tiempo y
participaban en estos eventos.
Por que la FLIA?
“ Por que no?, era el momento de hacerla supongo” cuenta Rivero, “ en 2007 o 2008, conocí a
Santos Goñi, El Rey Larva, uno de los impulsores de la FLIA en Buenos Aires, estábamos ocupando
una casa en Valizas, y un día que tocábamos con Pablo Abelenda en Tribalistas, el Larva se acercó a
hablarme y le propuse seguir la gira con nosotros recitando antes de nuestros conciertos, él me
habló de la FLIA por primera vez y a partir de entonces me instó a hacer una en Uruguay durante
años, hasta que en 2012 hicimos la primera. También conocí, de casualidad, en Bolivia, gente que
organizó la primera FLIA Bogotá en 2011 y la idea me gustó.
La FLIA era lo mismo que estábamos haciendo desde antes en Uruguay, pero al nombrarla así, la
metimos en una red latinoamericana de ferias y publicaciones independientes. Esto provocó,
necesariamente contactos con autores y editoriales de diversas regiones. Muchos de nosotros
participamos en ferias de Buenos Aires, La Plata, Rosario y Córdoba. Pero también un poco más
lejos como Santiago, La Paz o Bogotá. En 2013, cuando dejé el Uruguay, me fui a Porto Alegre, en
medio de un momento convulso de la historia reciente brasilera e hicimos la primera FLIA Porto
Alegre, y la sexta Feria del Libro Anarquista como alternativa a la Feria oficial de la ciudad,
organizada por la Globo. Recuerdo también una FLIA en Valizas donde coincidimos con Gabriel,
creo que impulsaba Pata Coche y los vecinos del lugar, también en 2013, y conocimos a Dafne
Mociulsky, otra de las gestoras de las ferias de Buenos Aires y con quien hasta hoy editamos en
conjunto. Luego en Salto, se hizo dos veces, estuve por allí, era Emilio que organizaba.”
De un momento a otro, tanto los escritores, como las editoriales, del denominado underground
uruguayo, entraron en contacto directo y fluido con sus semejantes de países vecinos, editoriales,
artistas y gestores alternativos llegaron de todo Brasil, Paraguay y sobretodo de provincias cercanas
de la Argentina. Editoriales como Soquete Terrorista de Rosario, editó a varios poetas del colectivo,
Iván Hirschon, coordinador de las FLIAs en Entre Ríos participó también en diferentes eventos,
Laura RE, de las FLIAs de Misiones, además de escritores como De Posfay, Mociulsky, Rey Larva,
Daniel Eizrinck, Moni Torres, Carlos Gallegos, Fernando Bonsembiante, los colectivos de la FLIA
Oeste del conurbano bonaerense, y la lista es muy extensa como para intentar sumarlos todos, sin
olvidar unos cuantos.
Las redes sociales sin duda ayudaron a juntarse cada vez más, pero también, por la época existió
una red de camioneros y viajeros, que coordinaban viajes entre Montevideo y Santa Fe,
Gualeguaychu y Buenos Aires, Córdoba y Fray Bentos, Juanicó y Basavilbaso. Y las FLIAS se
unieron en personas, y cajas de libros que iban y venían por el litoral.
Alfonso escribe sobre las FLIAs:
[...]“Y todas a pulmón, sin apoyos gubernamentales y teniendo
sobre los hombros la enorme responsabilidad de alojar y ayudar a colegas venidos desde distintos
puntos de Uruguay e incluso de otros países. No quiero extenderme mucho sobre estas FLIAS, que
tuvieron de todo y fueron una gran lección para los involucrados. Incluyeron lecturas, exposiciones,
toques (alguno bastante masivo en el callejón), ollas populares y una verdadera experiencia de
amistad y compañerismo tanto para nuestro colectivo como para los audaces escritores y pequeñas
editoriales independientes que se lanzaron hacia Uruguay para acompañarnos. En este momento me
vienen a la memoria ese par de brasileños que llegaron en bicicleta desde Porto Alegre. Una enorme
gesta entre tantas otras. Como la de los músicos que se reunieron durante semanas y sumaron
fuerzas para conseguir una buena amplificación en ese callejón colmado de gente.”
FINAL
“Toda esa mezcolanza de artes, artistas, hermandad, felicidad y grotesco que definía a nuestro
colectivo, no volví a encontrarla en ninguna otra parte. Por eso tiendo a creer que tanto en el acierto
como en el error fuimos únicos y muy diferentes al resto. “ Cierra Alfonso en su cuento.
“Puede que sea el ego el que me incline a pensarlo, claro. El ego siempre espera agazapado y surge
cuando uno menos lo imagina. Pero un artista totalmente carente de ego es una construcción utópica
y absurda. Quizá mi ego junto a mi natural predisposición para coleccionar y archivar hayan sido
responsables de mi obsesión por conservar un verdadero archivo audiovisual de las actividades.
Sé que mi obsesiva forma de catalogar, archivar y respaldar estos tesoros evitará que se pierdan,
pero ¿con qué fin? Claro, en primer lugar sería una pena que esos escasos registros (pero registros al
fin) de tantas noches intensas se perdieran sin remedio. Y aunque ni por asomo aspiro a que sean
descubiertos por algún investigador literario y luego se utilicen para describirnos y englobarnos
como “la generación tal” o “la generación cuál”, sin duda tampoco me molestaría que ello ocurriera,
para beneficio de los loquitos y sus esfuerzos. Pero también es cierto que nada de esto nos motivó
para que nos esforzáramos tanto como lo hicimos. No. Insisto en que básicamente éramos como
niños jugando. Y los niños jugando son muy dedicados al juego y no lo hacen por motivos de ego ni
para que otros los miren y opinen sobre lo que están haciendo. No. Los niños jugando buscan otra
cosa. Algo inasible que para los adultos siempre constituirá parte de un gran misterio.”
Y en Mantra; "Madre Under, nuestras cruces serán cubiertas por la maleza
porque somos tus hijos desheredados
porque desconocemos el oficio de trepar
nuestros poemas no apestan a IPA ni a licenciatura en letras
nuestras poetas usan rastas y cortes punkis
y son darkis y gritonas y mal habladas
Nuestros poetas ahora vienen, fueron a comprar un vino
a hacer uno a la placita, Mamacita
Mamacita,
somos criaturas entrenadas en el arte de perder
de perder feo
sin elegancia, sin buenos recuerdos, sin rincón ni banquillo donde sentarse
Hakim Bey hace especial hincapié en una necesaria invisibilidad de las Zonas Autónomas (tanto las
temporales, como las periódicas y las permanentes) para evitar ser objeto de atención mediática o
estatal.
Y de nuevo, si bien el grupo no se organizó ni siguió específicamente las directrices de Hakim Bey,
este fue otro de los puntos en ser aceptado instintivamente.
“Rechazamos dar entrevistas que no fueran con la finalidad de invitar la gente a participar, jamás
contactamos un diario o programa de radio. Pero la cosa estaba pasando, y todo Montevideo en esa
época lo sabía. A veces veo como cada proyecto y proyectito de un reducido número de artistas sale
publicado sin falta en ciertos periódicos, y veo que la cobertura llega a entender ciertas cosas y a
jamás detenerse sobre otras. Hoy quizás ya pienso diferente con respecto a la irrupción y la
visibilidad, pero creo que hay cosas que no se pueden enmarcar, que están vivas, que muchas veces
no hay ni siquiera una etiqueta para catalogarlas, y que luego, quizás, alguien intente ponerla bajo
cierto nombre o marco, pero que no vale la pena llamarla más que vida, ardiendo con toda su
fuerza, en toda libertad.
Intentá agarrar el agua que pasa corriendo río abajo y embotellarla, vas a ver que ya no es la
misma.” Cierra Rivero la entrevista, sentado de espaldas al Sena.
En el Jardín de las Rosas, termino la última entrevista que tuve con Gabriel a propósito de esta
antología; “Hace un tiempo hablaba con Emilio y le decía que sería bueno hacer una exposición
sobre todo lo que se hizo, archivar el material y dejar constancia de que eso pasó, sino solo lo van a
recordar las personas que estuvimos allí, en ese momento, y sin embargo, hay muchos chicos de 16,
17, 18 años, artistas muy libertarios como nosotros, que les gustaría saber que esto se hizo y se
puede seguir haciendo. Cada tanto voy a algunos Jams musicales que se hacen hoy, en casas
culturales, bastante más elitistas, no están mal, pero no es lo mismo.
Ahora seguimos moviéndonos alrededor de la poesía, en bares como Dante Bar, con Emilio, que
volvió a Montevideo, con Biurrum, que es un referente en la poesía de acá, y varios nuevos gestores jóvenes.
Lo que queda de todas esas irrupciones callejeras y movidas son talleres de encuadernación, nuevos
encuadernadores, ferias de libros artesanales e independientes, colectivos en esa onda, Julio en
Europa publicando nuestra obra y difundiendo la idea. Yo he estado trabajando con músicos muy
jóvenes, como el guitarrista Federico Morresi, gente que tiene mucha fuerza y ganas de hacer.
Dejar una constancia, para que en 50 años, en algún pueblito perdido del interior, algún pibe o piba
lo vea y diga, es posible.”
Jessica Mazzotti Avignon, Octubre 2020
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