MANTRA de Jorge Alfonso

Otro autor y amigo que hemos tenido el placer de editar y difundir su obra es el Montevideano Jorge Alfonso; autor de libros como Porrovideo, y Cacareos poéticos y poemas de amor misógino. En 2012 escribe el poema MANTRA, un himno a la escena under Montevideana, poema que hemos publicado en varios formatos, en Argentina, Brasil y Uruguay.Ahora compartimos el poema aquí: 


 (link youtube  https://www.youtube.com/watch?v=riqdqbD7k6Y&feature=youtu.be ) 

MANTRA 


Madre Under 

a tus pies me arrodillo y te beso los zapatos gastados 

Madre Under 

sos nuestro dios y nuestra creación 

nuestra puta nunca mancillada 

Madre Under, vela por nosotros, tus hijos 

quiérenos con la mitad de nuestro amor y bastará 

Madre Under, tengo ganas de aullar pero yo no diré Moloch 

yo diré Madre Under que estás en los subterráneos boliches gentiles, en las plazas frías y sordas, lejos de la multitud que nos desprecia 

Madre Under que lamés nuestros ojos cansados, nuestros buzos cien veces remendados, 

nuestros viejos vaqueros navegando por las redes sociales en las 14000 fotos de las lecturas para sordos y las que vendrán 

Madre Under 

bendice nuestros momentos cuando tenemos nuestros momentos 

(¡porque tenemos esos momentos, tenemos nuestros momentos, tenemos!) 

Madre cruel, te veo allí, dignísima 

en los micrófonos que se caen y se atan con nylon, que se sostienen con manos 

en la ausencia de micrófonos 

en el no saber usarlos 

Mamita Under, ¿estás enterada? 

Nuestros músicos tocan en los ómnibus para comer 

se compran una guitarra 

les roban la guitarra 

pierden la guitarra en medio de un delirio alcohólico-depresivo 

Madre Under que observás silenciosa nuestras borracheras, nuestros ansiolíticos y antidepresivos 

los kilos de marihuana y tabaco Cerrito desapareciendo en nuestros dedos ávidos 

Madrecita, somos farmacias ambulantes 

nuestros cuerpos campos de batalla de todo tipo de sustancias 

de todo tipo de sueños imposibles que se diluyen rápidamente 

Madrastra dura 

te cagarás, lo sé bien, en nuestras depresiones crónicas, 

en nuestros dramas familiares (telenovelas urbanas sin finales felices) 

Madre Under, ¿nos ves? 

atraemos la atención y enseguida nos olvidamos de la letra 

tenemos un compositor que perdió un diente en un contenedor de basura 

tenemos poetas que leen en un contenedor de basura 

tenemos artistas que juntan comida en un contenedor de basura 

¡Si están oyéndome, hermanos, digan si no es cierto! 

¿Están ahí? 

¿Estarán ahí la próxima vez que lea esto? 

¿Están ahí? 

Gabriel, Leonardo, Eduardo, Mariana, Isabel, Claudio 

¿Están ahí? 

Julio, Laura, Seba, Walter, el Zorro, el Miguelón, el Kamikaze 

¿o los habrán barrido los vicios, los rutinarios desprecios y estaré gritando sus nombres como una plegaria, como un mantra, como un fuego entre los dientes? 

Madre Under que sabés mostrar los dientes ¿te estás riendo? 

sí, yo sé bien cuánto te divertimos 

sé lo mucho que te hicimos feliz cuando tomamos aquel ómnibus 

cuando los músicos y escritores y cantantes y bailarines y loquitos sacaron lo suyo 

y no hubo televisión ni radio ni prensa que documentara aquella vez 

aquella vez cuando ganamos la final del mundo en un cutcsa que salía del Cerro 

Madrecita nuestra, ¿te acordás? un rato antes nos doblábamos de risa coreando “¡fracaso, fracaso, fracaso!” en la puerta del teatro 

Madre Under, mirá nuestros santos patrones 

nuestros monstruos sagrados muertos y enterrados 

Inverso mea desde el cielo y salpica en abundancia 

Cobain baja cada tanto de su cruz 

juega al poker con Luca 

echa una mirada para abajo y vuelve a su cruz 

Madre Under, nuestras cruces serán cubiertas por la maleza 

porque somos tus hijos desheredados 

porque desconocemos el oficio de trepar 

nuestros poemas no apestan a IPA ni a licenciatura en letras 

nuestras poetas usan rastas y cortes punkis 

y son darkis y gritonas y mal habladas 

Nuestros poetas ahora vienen, fueron a comprar un vino 

a hacer uno a la placita, Mamacita 

Mamacita, 

somos criaturas entrenadas en el arte de perder 

de perder feo 

sin elegancia, sin buenos recuerdos, sin rincón ni banquillo donde sentarse 

Mamasa subterránea 

mirá cómo nos mira la señora, la vecina que sale a barrer para vicharnos 

mirá cómo nos teme la gente bien 

y también… 

ojerosos, gritones, desprolijos 

damos miedito 

no importa 

todavía tenemos fuerza para seguir aguantando un poco más 

para seguir cacareando 

en la plaza 

en el callejón 

en el frío y la rutinaria indiferencia 

Madre nuestra que no estás en los cielos, concédenos 

que nuestros poetas malditos sean menos malditos y más poetas 

que nuestras poetisas no sucumban al síndrome Idea Vilariño 

Madre Under 

dejá de obligarnos a usar la palabra poesía en nuestros poemas 

dejá de obligarnos a usar la palabra poesía en nuestros poemas 

Madre Under 

grabamos demos 

cargamos guitarras y bajos y amplificadores y tablas y ollas 

escupimos trípticos y fanzines 

fabricamos libritos 

diseñamos, imprimimos, fotocopiamos, engrampamos, pegamos cartones y cartulinas 

queremos que pasen de mano en mano, 

libres libritos leídos por lectores que no van a librerías 

que pasaron un rato y vieron a los locos, a los que dan miedito y sin embargo se acercaron 

curiosearon nuestros tesoros 

se fueron con alguno 

Madre Under, te amamos con amor de cuadro chico 

perdés casi siempre 

pero casi siempre jugás mejor 

Madre Under, creo en vos 

creo en nuestros motivos, en nuestras ganas 

creo que algún día nos entenderán 

nos querrán aunque sea un poco 

ojalá ese día los loquitos sigan acá 

ojalá el cuadro completo de loquitos siga acá 

que ni la muerte ni la rutina ni el manicomio ni la cárcel ni el exilio me arrebate a nuestros veloces punteros derechos, a nuestros cerebros mediocampistas que se ponen el cuadro al hombro, a nuestros rabiosos delanteros, a nuestros duros defensas 

que no tenga que nombrarlos como en una oración, como en un mantra invocando fantasmas 

que sólo tenga invocaciones para vos, Madre Under que nos hundís tan lindo 

Madre Under, 

no te pedimos casi nada 

sólo seguinos queriendo con la mitad de nuestro amor 

y será más que suficiente.